La Rinoplastia Ultrasónica tiene ventajas indiscutibles:

Se controla perfectamente lo que se hace, porque se puede visualizar toda la pirámide nasal, lo que es imposible con la técnica clásica, en la que la cirugía sobre el hueso se hace a ciegas.  Controlamos perfectamente la línea de fractura, el lugar donde se encuentra, sin riesgo de que se rompa donde no debe.

El hueso se esculpe y remodela, lo que resulta imposible con los instrumentos convencionales. Podemos tratar de forma fiable los huesos delgados o quebradizos (que es la norma después de los 40-45 años).

Las asimetrías de la nariz pueden corregirse más fácilmente.

Por último, en lo que respecta al postoperatorio, los pacientes quedan muy poco marcados tras la intervención y los hematomas suelen ser casi inexistentes. Así pueden volver al trabajo al cabo de una semana, sin que nadie note que han sido operados. Los pacientes también pueden sonarse la nariz después de una rinoplastia ultrasónica o llevar gafas.